viernes, 8 de abril de 2016

Ciencia, Tecnologia y Cultura





La palpable transformación de la cultura en tecnocultura fomenta la aceptación de la ciencia y la tecnología como modalidades culturales. En todo caso, es innegable que uno de los mayores retos para la cultura del siglo XXI esta en comprender, valorar y manejar culturalmente la proliferación de las innovaciones tecnocientíficas. Sin embargo, la nueva línea de interpretación culturalista de la ciencia y la tecnología corre el riesgo de quedar varada por el lastre de las antiguas y las modernas divisiones filosóficas entre ciencia, técnica, cultura y naturaleza.

Para comprender la ciencia y la tecnología contemporáneas como realizaciones culturales y manejar culturalmente las consecuencias de sus innovaciones, es preciso establecer un marco conceptual y teórico que rompa con las disociaciones tradicionales de éstas, redefiniendo, de algún modo, las mismas ideas de cultura y naturaleza y que sea capaz de fructificar en nuevas tecnologías culturales de interpretación, valoración e intervención. "Para ello no hace falta partir de cero, sino que sólo hay que recuperar la antigua y moderna tradición prometeica de la concepción integrada de las culturas".

En el primer tercio del siglo XX, se articularon los primeros estudios sociales e históricos de la ciencia, a partir de los planteamientos sociológicos desarrollados por Marx, Scheler y Mannheim en sus investigaciones sobre el conocimiento en general. Estudios como los de Fleck, Hessen o Zilsel (Rossi) formaron parte de un importante giro sociológico que se manifestó claramente en el II Congreso Internacional de Historia de la ciencia de Londres, en 1931. Los nuevos planteamientos entendían la ciencia, fundamentalmente, como el resultado de Interacciones sociales y su estudio se centró en los contextos sociológicos y económicos que configuraban su desarrollo.

El último bloque está dedicado al tema “Ciencia, tecnología y género”. La parte más numerosa de la sociedad es la constituida por la mujeres. Sin embargo, como se denunció en el Congreso Mundial sobre la Ciencia de Budapest, y como se tematiza recientemente en las páginas de la revista Nature, las mujeres siguen siendo las grandes excluidas, por no decir perjudicadas, de la institución científica. La primera contribución, a cargo de Eulalia Pérez Sedeño, Catedrática de Filosofía de la Ciencia en la Universidad del País Vasco, defiende que al introducir la categoría de género, en una nueva comprensión de la ciencia y la tecnología, se redefine lo que sea ciencia y tecnología

Estos son tres reconocidas autoras en este campo: Ana Sánchez, de la Universidad de Valencia, Amparo Gómez, de la Universidad de La Laguna, y Paloma de Villota, de la Universidad Complutense de Madrid, realizan interesantes revisiones del estado de los estudios de género y ciencia en los ámbitos respectivos de las ciencias biomédicas, las ciencias sociales y la economía. Para finalizar, Marta González, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, expone lúcidamente algunas características epistemológicas generales de los estudios de género y ciencia, que aproximan éstos a los nuevos enfoques naturalistas en el estudio de la ciencia.










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